miércoles, 18 de junio de 2014

UN MOMENTO PARA LA ORACIÓN


No es necesario recordar cuántas
veces pasamos momentos desagradables,
o para decirlo de manera más fácil:
"nos hacemos mala sangre".
Y ni hablar, si hubo un disgusto familiar,
para vivir en ese momento...



              
                                                                       


          Hay un remedio, simple, al alcance de todos. No se necesita pagar, no hace falta pedir turno en ningún consultorio, ni nadie tiene por qué saberlo más que nosotros mismos.
          Esta panacea ha estado al alcance de la humanidad durante milenios, y a pesar de ello muchos la desprecian...
          Es la oración...
          Pero esto no significa vivir en la iglesia católica, mezquita o sinagoga. Todas las religiones tienen sus libros de oraciones: la Biblia, el Talmud, los Vedas... Muchas de ellas las hemos aprendido de chicos.
          Lo que hace la oración: crea pensamientos positivos, evita malestares acumulados en silencio.
          Nos permite descansar, y hace llegar a nuestro ser interior esa Paz  que a menudo se busca.
          Nos eleva a ideales superiores, para entender todo a nuestro alrededor.
          Trae la Paz, a quienes nos rodean...
          Si alguien ora, y mucho mejor si lo hace con nosotros, aprenderemos a dialogar, y se hará difícil faltarle el respeto con palabras hirientes...
          Alguien dijo una vez: Familia que reza unida, permanece unida...
No es esto una propaganda a ninguna religión ni dogma, simplemente nos recuerdan algo que ha sido utilizado por miles de hombres en distintas épocas de la historia y situaciones diversas siempre con buenos resultados.
          POR QUÉ NO EMPEZAR A ORAR EN ESTE MOMENTO? ¡ EMPECEMOS YA!


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