domingo, 6 de octubre de 2013

LA BIBLIA, UN LIBRO INMORTAL

Nuestra Iglesia Católica
como también la iglesia 
protestante, dedica en el mes 
de setiembre a ese maravilloso
libro que nos habla y nos cuenta
la vida de Jesús.
¡Todo un mes para dedicarnos
de una manera especial:
A LA PALABRA DE DIOS!

                                                                   


          San Pablo nos recuerda: "Toda la Escritura está inspirada por Dios y es útil...
para que el hombre de Dios sea perfecto y esté preparado para hacer siempre el bien"
2 Tim. 3, 14-17.
          Este libro inmortal tiene la "rara" virtud de servir a todos los hombres y a todos 
los pueblos: varones y mujeres; jóvenes y ancianos; personas cultas e ignorantes; negros,
blancos y amarillos ... todos encuentran en la Biblia orientación, consuelo, esperanzas,
Paz.
          ¡ Cuántas vidas ha salvado la palabra de Dios! Drogadictos, alcohólicos, presos,
familias desunidas, potenciales suicidas, hermanos sin esperanza ... son "redimidos", recuperados a cada momento, por el poder de la Palabra de Dios.
          Como dice el apóstol Pedro: " hemos sido engendrados de nuevo, no por un germen
corruptible, sino incorruptible: la palabra de Dios, viva y eterna" ( Pedro 1, 1-23). Este
libro inmortal es el libro más difundido en el mundo: la Biblia, está traducida en 2009 
idiomas o dialectos.
          ¿Qué podemos hacer para difundir la Biblia?
* Tener nuestra propia biblia, personal o familiar, aunque sea el Nuevo Testamento. 
Pongamos en ello el cariño de quien guarda "las cartas" de un padre, de un amigo
muy querido, porque la Biblia es el mensaje de Dios.
* Leerla un poquito todos los días. Sólo nos ocupará unos minutos y encontraremos:
alimento, descanso, alegría, esperanza, aliento, Paz.
* Obsequiar la Biblia, o el Nuevo Testamento a alguien que no la tenga, ya sea un 
familiar, amigo, vecino, compañero de trabajo, a los enfermos en los hospitales, en las
cárceles...¡ No se imagina cuánto se lo agradecerán! Muchos hermanos no tienen la 
Palabra de Dios porque "no se les ocurrió" o ... porque no pueden comprarla. Si usted
está en condiciones , haga posible llegar una biblia a quien no la tenga.
* Organizar encuentros católicos, en las parroquias, capillas o ermitas para que este
tesoro escondido, esta perla preciosa (Mt. 13, 44-46), llegue a quien lo necesite en el
momento justo.
          Recordemos el Salmo 119: "Mi alegría está en tus preceptos, no me olvidaré de tu
palabra, Señor" (Sal. 119, 16)


Fuente: La Palabra de Dios te enseña a vivir. Arnaldo
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